domingo, 1 de junio de 2014

Quimica en Mexico

 La Química constituye una ciencia central de gran amplitud que abarca desde el estudio del mundo subatómico hasta el de los materiales más diversos, incluidos los procesos de transformación o de síntesis de los mismos. El futuro de la Química continúa presentando infinitas posibilidades, especialmente con la aparición de nuevos campos de estudio y de aplicación, por lo que es seguro que sus avances seguirán teniendo, como en el pasado y en el presente, un enorme impacto en el progreso de la sociedad. 

Los estudios de química capacitan para el análisis y estudio de la composición, propiedades y transformaciones naturales o provocadas de las sustancia,  para el est udio de la constitución y estructura de los diversos materiales, para el análisis de los procesos de la industria química y energética, para el desarrollo y control de procesos químicos industriales, farmacéuticos, agroalimentarios, de reciclaje y de tratamiento de residuos, etc…. Asimismo, capacitan para abordar la resolución de problemas complejos en entornos multidisciplinares, como por ejemplo los  relacionados con el medio ambiente,  y para  acceder a la formación en determinadas especialidades de las Ciencias de la Salud. 

Es frecuente encontrarse la afirmación de que la enseñanza

formal de la química en México se inició el 23 de septiembre

de 1916 [1] con la fundación de la Escuela Nacional de

Química Industrial, antecesora de la actual Facultad de Quí-

mica de la UNAM. Su contenido es, a la vez que ilustrativo,

un tanto ilusorio.


El país cuenta con importantes industrias de biocidas, fertilizantes, productos farmacéuticos, alimenticia y otras cuya operación está fuertemente apoyada en la química. Es evidente que ante este panorama, el desarrollo de esta ciencia debió jugar un papel prioritario. Sin embargo, las cifras asociadas a las inversiones extranjeras muestran que no fue así.Hasta hace unos cuantos años esta inversión era del 94 % en la industria farmacéutica, 90 % en la alimenticia, 80 % en la del hule y aunque en la del petróleo y sus derivados se ocultan las cifras.

La consecuencia más grave que se ha derivado de esta alta dependencia tecnológica de la industria química establecida en el país, es que la química ha proliferado en nuestro medio como un quehacer técnico al servicio de la operación, el mantenimiento, la administración y la venta de productos de las grandes empresas que aquí operan.